ASI LO VIO CLARIN

EL PARTIDO LO DEFINIO EL DELANTERO DE ARSENAL, EL MISMO QUE FUEECHADO DE GIMNASIA POR PEDIRLE LA REMERA A VERON

El goleador no lo gritó y hasta pidió disculpas a los hinchas deGimnasia con un gesto.
Por: Oscar Barnade
Cuando llegan las últimas fechas del campeonato, hay quienes piensan que partidos como el de anoche entre Arsenal y Gimnasia se juegan por nada. Una vez más, se demostró que los descreídos no tienen razón: siempre se juega por algo, y ese algo a veces vale mucho para quien lo consigue. ¿Cuánto vale, para Luciano Leguizamón, ese largo recorrido hasta supropio campo, ese casi minuto que se tomó para pedirle disculpas a la hinchada de Gimnasia después de convertirle el único gol del encuentro a su ex equipo? Sólo él puede saber las proporciones de tristeza auténtica y revancha esperada que encerraron esos gestos. Lo que es seguro es que el de anoche fue para el delantero un gol inolvidable. La hinchada visitante lo recibió con leves silbidos cuando entró a la cancha con la camiseta de Arsenal, lo siguió silbando suave cada vez que tocaba la pelota. Como para demostrarle que siguen sin perdonarle que en noviembre del año pasado haya cambiado la camiseta con Juan Sebastián Verón en el entretiempo del clásico platense. Esa "traición" le costó a Leguizamón ser excluido del plantel y luego transferido. Ayer, a poco de comenzar el encuentro, empezó a presentirse que aquella reacción desmedida de hinchas y dirigentes podía volvérsele en contra a Gimnasia. Porque en medio de un partido desdibujado, el atacante entrerriano aprovechaba por la derecha los espacios que le dejaban las marcas de Cardozo y Landa para inquietar al fondo visitante. A los 17 minutos llegó el primer presagio definido: Pellerano metió un pase largo y Leguizamón se escapó a espaldas de Masuero y Landa, pero Bangardino salió a tiempo de su área para despejar. Ya en el descuento, Casteglione puso otro pase largo, y esta vez Leguizamón dominó la pelota, le ganó al cierre del arquero y liquidó el partido. Y pidió largas disculpas. Después, en el rato de complemento que jugó, soportó el silbido rudo que lanzaron sus ex hinchas cuando lo tuvieron cerca, aguantó un codazo de Ormeño, recibió los aplausos de los hinchas de Arsenal al salir. Después, el partido sólo duró hasta el pitazo final. Gimnasia, que jugaba por levantar su pobre promedio para la próxima temporada, tuvo alguna chance en los pies de Piatti, pero se fue con otro golpe y para colmo expulsaron al DT Sanguinetti. Arsenal, que jugaba para ir cerrando con impulso ascendente una campaña floja, lo consiguió. Leguizamón le ganó al rencor, y se llevó un gol grabado a fuego.