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lunes, enero 12, 2009

GARNERO EN OLE: ARSENAL ES UNA ISLA

dany

El Dany Garnero charlo mano a mano con Jonatan Wetzel del diario deportivo Ole.

Hola Daniel, ¿te podemos robar un par de minutos...?
-No, podemos hacer una entrevista. Pero no me estás sacando nada, je.
Daniel Garnero rompe el hielo con un chiste. En el trato con los medios, se lo nota con menos timidez que aquella tarde del 3 de agosto del año pasado, en la que se concretaba la oportunidad que le daba Arsenal de poder hacer su debut como entrenador. Aunque estos cinco meses no fueran sus primeras armas sino que su currículum comenzó a llenarse cuando, poco tiempo después de retirarse en Independiente a mitad del 2001, fue ayudante de campo de Jorge Luis Burruchaga. Siempre vinculado al fútbol, hasta estuvo unos meses como panelista en el programa Indirecto, en TyC Sports. De todos modos, no duda ni un segundo sobre su labor preferida: "No hay nada más lindo que ser jugador. Cuando uno entra a la cancha se despreocupa de un montón de cosas. La ansiedad la puede transformar en el campo".
-Desde afuera, ¿cómo se vive esa tensión?
-Es distinto. Se puede planificar en la semana, pero en los 90 minutos tenés una tensión muy intensa y no podés hacer demasiado para expulsarla. Eso de gritar es muy relativo. Claro que, de jugador, no tenés conciencia de que vos sos el que termina siendo el determinante.
-¿Cuando estás en la cancha, se escuchan los gritos del técnico?
-En la cancha no se oyen los gritos de los técnicos. Durante el partido no oía nada. En la cancha de Independiente, cuando hay mucha gente no se oye nada. Quizás cuando algún compañero se te arrima y dice alguna indicación, pero no más que eso.
-En la actualidad, ser entrenador implica convivir con una cámara apuntándote durante el partido.
-Uno se tiene que cuidar y no es fácil. Quizás a veces hago un gesto porque no comparto una decisión del árbitro, pero lo hago porque no me doy cuenta. Y eso que yo no lo sufro tanto. A los entrenadores de los equipos grandes los siguen durante todo el partido. Es más complicado.
-¿Por dónde aparece la mano del técnico?
-El trabajo que tiene el entrenador es la elección de los jugadores, la conformación del plantel y el trabajo en la semana. Después, durante los 90 minutos, no más que algún cambio o una modificación táctica muy puntual. Lo que uno debe modificar, debe lograrlo durante la semana.
-¿Y cómo calificás tu primer semestre como entrenador?
-El balance es más que positivo. Se compitió a un alto nivel y muy bien, se ganó un torneo internacional, que hoy no tiene trascendencia porque no lo ganaron ni Boca ni River (N deR: la Suruga Bank, que disputan el campeón de la Sudamericana y el ganador de la Liga japonesa; Arsenal le ganó 1-0 a Gamba Osaka). Además, hicimos una buena campaña en el Apertura y perdimos en la Sudamericana por un gol contra Estudiantes, que después llegó a la final. De todos modos, no soy conformista y siempre apunto a más.
-Además, llegaron a 28 puntos en el Apertura, que no es poco...
-Terminamos contentos. Considero que el planteo de alcanzar 25 puntos es un tanto conformista. Pero nos alegra, teniendo en cuenta el semestre que tuvimos, que la pretemporada anterior no fue la que quisimos porque fue cortada por el viaje a Japón y, sobre todo, por todas las competencias que enfrentamos. Tuvimos nueve partidos en 32 días. Tanto fue así que en un momento el equipo lo pagó, en especial al principio de temporada.
-¿Qué fue lo que más te asombró en tu primer experiencia como DT?
-La mayor sorpresa que tuve fue debutar en Japón. Y después, la gran exigencia. Como jugador, en mi carrera jamás tuve nueve partidos en 32 días, y con tantos viajes en el medio. Fue mucho, pero este plantel demostró que es un gran grupo, que se banca la que venga y que en las difíciles siempre está.
-¿Qué tiene de diferente Arsenal del resto?
-Este club parece una isla en el fútbol argentino por la tranquilidad con la que trabajás. Pongo un ejemplo: contra Central perdimos un partido por goleada (0-3, en la 6ª fecha del Apertura) y es como que no pasó nada, no te lo hacen sentir demasiado. Es raro. No sé si es bueno o malo porque uno no se tiene que conformar. Hay que aprovechar esa tranquilidad para trabajar, dar el máximo y apuntar a lo mejor. Este equipo debe tener otras aspiraciones que conformarse con 25 puntos.
-Se te nota convencido de que deberían pelear más arriba...
-Poniéndonos de acuerdo en algunas cosas, trabajando más, y corrigiendo algunos detalles, podíamos haber llegado más alto en el Apertura. Por eso, soy optimista para que el campeonato que viene sea mejor. Queremos conformar un gran plantel.
-Antes mencionaste a los árbitros. ¿Cómo llevás que digan que Arsenal es "el equipo de los Grondona"? El presidente es Julio Ricardo, hijo de Julio Humberto, que no sólo es la máxima autoridad de la AFA sino socio fundador del club...
-Siempre es así. Cuando se obtienen cosas en Arsenal se dice que es porque es "el equipo de los Grondona". Y cuando perdés, la culpa es del entrenador de turno. Es injusto. Si ganábamos la Recopa porque la barrera estaba a 12 metros, como en el gol que nos hizo Riquelme, hubieran dicho que era por Grondona... Ya lo vivimos en nuestra etapa anterior en el club, con Burruchaga como entrenador. Obtuvimos el ascenso a Primera, luego hicimos una campaña bárbara, el club clasificó a una copa internacional por primera vez y decían que era por eso...
Vamos los pibes. Junto con Luis Zubeldía, Diego Cagna o Antonio Mohamed, entre otros, Garnero forma parte de la camada de entrenadores jóvenes del fútbol argentino, a los que se los considera con mayor proximidad al plantel porque la diferencia de edad con sus dirigidos es menor. Pero Dany no coincide con esa postura. "La cercanía al jugador no pasa por la edad. Trato de tener llegada, pero dentro de diez años voy a tener la misma intención", aclara.
-¿Cuánto incide lo psicológico en el jugador?
-Lo más importante es que el jugador de fútbol esté bien. No sólo en lo deportivo, en lo táctico o lo físico, sino emocionalmente. El estado de ánimo se evalúa poco en el fútbol y es determinante en jugadores que son fundamentales en sus equipos. La llegada y tener bien al plantel es más importante que cualquier trabajo físico o táctico.
-Otra característica que demostraste es que no te tembló el pulso para sacar algunos referentes del plantel como Sava o Cuenca, quienes perdieron su lugar.
-No pasa por qué te tiemble o no el pulso. A mí, no me gusta la hipocresía que hay en el ambiente del fútbol. Fue el primer mensaje que les di a los muchachos. Para ser honestos con ellos, primero tengo que serlo conmigo mismo. Desde mi lugar voy a ser lo mejor para el grupo. Alguno va a estar disconforme. Hay puestos en que hay dos o tres jugadores y tengo que elegir. Voy a ser frontal pero va a jugar el que está mejor, se llame cómo se llame.
-¿Cómo te ves como entrenador dentro de diez años, o más?
-No miro a futuro porque demasiado tengo que pensar en esta pretemporada y lo que se viene.
-¿No te ilusiona Independiente? Así como se podía presumir que tarde o temprano Gorosito iba a dirigir a River o Cagna lo hará en Boca, vos sos ídolo reconocido del Rojo... Incluso estuviste en la reinauguración de la cancha...
-Me llamaron para la remodelación del estadio y fui porque sentí que se arregló mi casa. Siempre lo dije, toda mi infancia la viví en Independiente. Mis vacaciones eran en la pileta del club. Todos tienen su club de barrio, bueno, el mío era Independiente. El destino dirá más adelante qué pasará. Sólo miro el presente y en hacer una buena pretemporada con Arsenal.

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