CUENCA EN OLE

Tenía que pasar algún día y fue el ideal. Mario Cuenca se convirtió en el primer arquero en la historia de Arsenal en convertir un gol y no fue uno más. Fue el que le dio al club el pase a su primera final en un torneo internacional. Era cuestión de tiempo y él era el indicado. Es que, con el correr del tiempo, Cuenca fue haciéndose cada vez más grande para la gente del Arse que, desde el torneo pasado, corea el nombre del uno en cada partido. También fue creciendo para la opinión pública y hoy, con 32 años, un carácter sobrio, conservador y sereno, ha forjado una carrera más que respetable que lo hace dueño del mejor promedio Ole del equipo del Viaducto en este torneo con 6,47 y el segundo mejor de la Copa con 6,50, detrás de Andrés San Martín (7,25). Tanto creció que no pudo ocultar su grandeza y el miércoles pareció haber reducido los arcos del Monumental a los del tamaño de la foto. Suele decirse cuando un arquero tiene una gran actuación que "sólo le faltó meter un gol". A Mario no, porque justificó el apodo de SuperMario y, además de atajar dos penales, metió el suyo, quinto y definitivo, el que aparece en el sueño de cualquier futbolista y hace que el resto de los compañeros salgan despedidos de mitad de cancha con un salto y corran a abrazarlo. "Es una realidad, fue la noche soñada. Tuve un gran partido y uno siempre quiere redondear un rendimiento así. Igual, hay que pensar que el encuentro que viene puede ser mejor para no estancarse y tratar de superarse", analiza. Lo del miércoles ante River no fue una casualidad, el arquero tiene sus noches heroicas desde los 12 pasos. "La verdad es que me va bien en este tipo de definiciones. Con Talleres ya tengo un par de historias que terminaron bien", chapea. Y no es para menos. En el 97/98, con la T, ganó el ascenso a Primera en una final con clásico incluido ante Belgrano y, como con River, también había tapado dos tiros en los penales. Pero hay más. Por la Conmebol, en la que se consagró campeón con la T en el 99, fue decisivo en dos fases: en octavos de final atajó el quinto y último ante Independiente Petrolero (Bolivia) y en cuartos paró dos frente a Paraná, de Brasil. Clon del Goyco.
-Puede decirse que los penales son lo tuyo...
-Me tengo mucha confianza. Desde que Casti convirtió sabía que iba a estar todo en mis manos porque me tocaba atajar y después patear. Le pedí a Gustavo el último y definir porque creo que a un arquero le conviene patear el quinto siempre, porque si pateás antes y fallás, uno después va al arco y eso puede jugarte en contra.
-Ustedes ya son la revelación de la Copa, ¿se conforman con eso?
-Noooo, noooo. Sería de mediocres llegar a la final y entregarse. Tenemos que jugar las dos finales con todo porque queremos ser campeones y, además, no tenemos que dejar de lado el torneo local porque no venimos jugando bien.
-Ahora se viene otro grande, el América...
-Sí, pero ya eliminamos a San Lorenzo, Goiás, Chivas, River... podemos.